Para algunos son insoportables; para otros, tiernas… pero lo que no podemos negar, es que son las personas más quejonas del planeta. Frases célebres como “Haberse visto antes” o “¡Estos muchachos de ahora! ¡Antes sí existían los caballeros!” son de las que casi ninguno ha escapado de oír. Estemos donde estemos siempre nos encontraremos con las viejitas de hoy. Hace unos días estaba en el micro y escucho la conversación entre dos viejitas donde una de ellas se quejaba porque los asientos reservados no tenían una baranda para agarrarse y no caerse. O sea, son entendibles las quejas por no ceder el asiento reservado, pero ¿también por los asientos reservados que ya cedieron? También me ha tocado la viejita que te ve fumando un cigarrillo en la calle, se te acerca y pregunta: “Jovencito, qué hace fumando, el cigarro es dañino” La cajetilla me lo recuerda día a día con la foto de un pobre señor que tuvo un mal final como para que una señora que no es ni mi mamá ni mi abuela me lo diga, igual en el fondo me siento agradecido por la preocupación. Y para terminar, lo que pude ver hoy, las viejitas encuentran a otra viejita que ni conocen, ya sea en un micro, en una sala de espera, en alguna cola, etc. Y es el momento perfecto para soltar una a una todas las quejas, parece como si con un ojo biónico detectaran que la otra anciana también tiene cosas de qué quejarse, lo dicen en voz alta, como para que el “jovencito” que está al costado escuche, porque las viejitas no se quejan en lugares donde hay personas mayores, ¡no señor! Debe ser justo al lado de un inocente jovenzuelo que no tiene escapatoria y no le queda más que soplarse todas las quejas que indirectamente van hacia él. Ahora yo pregunto, ¿de qué nos quejaremos nosotros cuando seamos viejitos? Si los jóvenes de ahora son como son, cómo serán los que nos darán el trato cuando arrugados estemos… será ahí cuando entenderemos a… ¡Las Viejitas de Hoy! (con sonido de misterio).
¿Te has cruzado con alguna Viejita de Hoy?